Glorioso Advenimiento del
Señor Nrsimhadeva
la trascendental aparición del Señor
en su forma de Sri Nrsimha Deva.
"La Personalidad de Dios adoptó la encarnación de Nrsimhadeva para aniquilar los grandes temores de los semidioses. Él mató al rey de los demonios [Hiranyakasipu] —quien desafió al Señor con una maza en su mano— colocando al demonio en Sus muslos y atravesándolo con Sus uñas, mientras hacía girar Sus cejas por la ira y mostraba Su boca y Sus dientes temibles".
Srimad Bhagavatam - Canto 2 - Cap.7 - Verso 14.
En su Significado, dice Srila Prabhupada:
La historia de Hiranyakasipu y su gran hijo devoto Prahlada Maharaja, se narra en el Séptimo Canto del Srimad-Bhagavatam. Hiranyakasipu se volvió muy poderoso mediante logros materiales, y se creyó inmortal por la gracia de Brahmaji. Brahmaji rehusó otorgarle la bendición de la inmortalidad, debido a que él mismo no es inmortal. Pero Hiranyakasipu obtuvo de Brahmaji, en una forma indirecta, la bendición de volverse casi igual que un ser inmortal. Hiranyakasipu estaba seguro de que no habría de ser matado por ningún hombre ni semidiós, ni por ninguna clase de arma conocida, y que tampoco moriría de día ni de noche. El Señor, sin embargo, adoptó la encarnación mitad hombre y mitad león, que se encontraba más allá de la imaginación de un demonio materialista como Hiranyakasipu, y, así pues, manteniendo la bendición de Brahmaji, el Señor lo mató. Él lo mató en Su regazo, así que no fue matado ni en la tierra ni en el agua ni en el cielo. El demonio fue atravesado por las uñas de Nrsimha, las cuales se encontraban más allá de las armas humanas que podía imaginar Hiranyakasipu. El significado literal de Hiranyakasipu es “aquel que busca oro y un lecho suave”, lo cual constituye el objetivo último de todos los hombres materialistas. Estos hombres demoníacos, que no tienen relación alguna con Dios, gradualmente se envanecen con las adquisiciones materiales, y comienzan a desafiar la autoridad del Señor Supremo y a torturar a aquellos que son devotos del Señor. Prahlada Maharaja resultaba ser el hijo de Hiranyakasipu, y debido a que el muchacho era un gran devoto, su padre lo torturó tanto como pudo. Ante esa situación extrema, el Señor adoptó la encarnación de Nrsimhadeva, y tan sólo para acabar con el enemigo de los semidioses, el Señor mató a Hiranyakasipu de una manera que se encontraba más allá de lo que el demonio podía imaginar. Los planes materialistas de los demonios ateos son siempre frustrados por el Señor todopoderoso.
apareció ante el demonio Hiranyakasipu?
Hiranyakasipu estudió la forma del Señor, tratando de averiguar quién era aquella forma de Nrsimhadeva que estaba ante él. La forma del Señor, con Sus ojos llenos de ira, parecidos al oro fundido, inspiraba un enorme terror; una brillante melena agrandaba las dimensiones de Su terrible rostro; Sus colmillos eran mortíferos, y Su lengua, afilada como una hoja de afeitar, se movía como una espada en duelo. Tenía las orejas tiesas e inmóviles; Sus fosas nasales y la gran hendidura de Su boca parecían cuevas de una montaña. Sus fauces se abrían de un modo espantoso, y con Su cuerpo tocaba el cielo. Tenía el cuello corto y ancho, el pecho amplio, la cintura delgada, y el pelo del cuerpo tan blanco como los rayos de la Luna. Sus brazos, que parecían los flancos de un ejército, cubrían todas las direcciones mientras mataba a los demonios, bandidos y ateos con la caracola, el disco, la maza, la flor de loto y Sus demás armas habituales.
Hiranyakasipu murmuró para sí: «El Señor Visnu, que posee grandes poderes místicos, ha tramado este plan para matarme, pero ¿de qué Le va a servir?, ¿quién puede luchar contra mí?». Pensando de este modo, Hiranyakasipu tomó su maza y atacó al Señor como un elefante.
En su Significado, dice Srila Prabhupada:
A veces, en la selva se enfrentan un león y un elefante. El Señor aparecíó en forma de león, e Hiranyakasipu, que no Le temía, Le atacó como un elefante. Por lo general, los elefantes son vencidos por los leones; la comparación de este verso es, por lo tanto, muy adecuada.
Como un pequeño insecto que cae irremediablemente en un fuego y desaparece de la vista, Hiranyakasipu atacó al Señor y desapareció envuelto en la plenitud de Su refulgencia. Esto no es en absoluto sorprendente, pues el Señor está siempre situado en el plano de la bondad pura. En el pasado, durante la creación, Él entró en las tinieblas del universo y lo iluminó con Su refulgencia espiritual.
En su Significado, dice Srila Prabhupada:
El Señor está situado en el plano trascendental, el plano de la bondad pura. El mundo material está bajo el control principalmente de tamo- guŠa, la cualidad de la ignorancia, pero el mundo espiritual, debido a la presencia del Señor y Su refulgencia, está completamente libre de la contaminación de la oscuridad, la pasión o la bondad contaminada. En este mundo hay ciertas trazas de bondad, las cualidades brahmínicas, pero esas cualidades a veces desaparecen de la vista debido al gran predominio de las modalidades de la pasión y la ignorancia. Pero el Señor Se encuentra siempre en la posición trascendental, y, debido a ello, las modalidades materiales de la pasión y la ignorancia no pueden afectarle. Allí donde Se encuentre el Señor, no pueden estar las tinieblas de la modalidad de la ignorancia. En el Caitanya-caritamrta (Madhya 22.31), se afirma: «Dios es luz. La nesciencia es oscuridad. Donde está Dios no hay nesciencia». El mundo material está lleno de oscuridad y de ignorancia con respecto a la vida espiritual, pero esa ignorancia se disipa mediante el bhakti-yoga. El Señor apareció debido al bhakti-yoga de Prahlada Maharaja; tan pronto como hizo Su aparición, la influencia de la pasión y la ignorancia de Hiranyakasipu quedó destruida, debido al predominio de la cualidad de la bondad pura del Señor, la refulgencia Brahman. Envuelto en esa refulgencia, Hiranyakasipu se hizo invisible, o, lo que es lo mismo, su influencia se volvió insignificante. En el sastra se da un ejemplo que ilustra cómo desaparece la oscuridad del mundo material. El Señor Brahma, cuando fue creado a partir del tallo de loto que crece en el abdomen de Garbhodakasayi Visnu, vio que todo estaba sumido en tinieblas; sin embargo, cuando recibió conocimiento de la Suprema Personalidad de Dios, todo se volvió claro, del mismo modo que cuando la noche da paso al día. Lo importante es que, mientras estemos en el seno de las modalidades materiales de la naturaleza, permaneceremos bajo la oscuridad. Esa oscuridad no puede disiparse sin la presencia de la Suprema Personalidad de Dios, que se invoca mediante la práctica del bhakti-yoga. El bhakti- yoga crea una situación trascendental sin rastro de contaminación material.
Entonces, el gran demonio Hiranyakasipu, tremendamente furioso, atacó con rapidez a Nrsimhadeva con su maza y comenzó a golpearle. Pero el Señor Nrsimhadeva capturó al gran demonio, junto con su maza, del mismo modo que Garuda atraparía a una gran serpiente.
¡Oh, Yudhisthira!, ¡oh, gran hijo de Bharata!, cuando el Señor Nrsimhadeva dio a Hiranyakasipu una oportunidad de soltarse de Su mano, del mismo modo que Garuda a veces juega con una serpiente y deja que se escurra de su pico, a los semidioses, que habían perdido sus moradas y se escondían tras las nubes por temor al demonio, no les gustó nada; ciertamente, se sintieron perturbados.
En su Significado, dice Srila Prabhupada:
El Señor Nrsimhadeva Se disponía a matar al demonio Hiranyakasipu, pero le dio la oportunidad de soltarse de Sus manos. A los semidioses, que sentían mucho miedo de Hiranyakasipu, no les gustó mucho. Sabían que Hiranyakasipu, si lograba escapar de las manos de Nrsimhadeva y veía a los semidioses, que aguardaban complacidos ante la idea de su muerte, se cobraría en ellos una terrible venganza. Esto les daba mucho miedo.
Cuando se vio libre de las manos de Nrsimhadeva, Hiranyakasipu pensó, equivocadamente, que el Señor estaba asustado de su poder. Por eso, después de tomarse un pequeño respiro, tomó su espada y su escudo y atacó de nuevo al Señor con gran fuerza.
En su Significado, dice Srila Prabhupada:
Los necios, cuando ven que un pecador disfruta de bienestar material, a veces piensan: «¿Cómo es posible? Este pecador disfruta de la vida, mientras que otros, que son piadosos, están sufriendo». A veces, por la voluntad del Señor, un pecador recibe la oportunidad de disfrutar del mundo material como si no estuviese bajo las garras de la naturaleza material, pero todo ello no es más que un engaño. El pecador que va en contra de las leyes de la naturaleza tiene que recibir un castigo, pero a veces se le da la oportunidad de divertirse, como le ocurrió a Hiranyakasipu, cuando se vio libre de las manos de Nrsimhadeva. El destino de Hiranyakasipu era morir a manos de Nrsimhadeva, pero el Señor, por diversión, le dio la oportunidad de soltarse de Sus manos.
Con una carcajada estridente y ruidosa, la Suprema Personalidad de Dios, Narayana, que es increíblemente fuerte y poderoso, atrapó a Hiranyakasipu, que se cubría con la espada y el escudo sin dejar el menor resquicio. Hiranyakasipu, con los ojos cerrados por el temor que le producía la risa de Nrsimhadeva, se movía por el cielo y por la tierra con la rapidez de un halcón.
Del mismo modo que una serpiente atrapa un ratón o Garuda una serpiente muy venenosa, el Señor Nrsimhadeva atrapó a Hiranyakasipu, a quien ni siquiera el rayo de Indra podía herir. Mientras Hiranyakasipu agitaba sus miembros en todas direcciones, muy afligido por verse atrapado, el Señor Nrsimhadeva puso al demonio en Su regazo, sujetándole sobre los muslos, y, en el umbral de la sala de asambleas, el Señor, con gran facilidad, lo deshizo en pedazos con las uñas de la mano.
En su Significado, dice Srila Prabhupada:
Hiranyakasipu había recibido del Señor Brahma la bendición de que no moriría ni en la tierra ni en el cielo. Por eso, para mantener intacta la promesa del Señor Brahma, Nrsimhadeva puso el cuerpo de Hiranyakasipu sobre Su regazo, que no era ni tierra ni cielo. Hiranyakasipu había recibido la bendición de que no moriría ni de día ni de noche, y el Señor, para mantener esa promesa de Brahma, le mató al atardecer; esa hora es el final del día y el principio de la noche, pero no es ni de día ni de noche. Hiranyakasipu había recibido del Señor Brahma la bendición de que no le mataría ningún arma ni ninguna persona, viva o muerta, y el Señor Nrsimhadeva, para mantener la palabra de Brahma, atravesó el cuerpo de Hiranyakasipu con Sus uñas, que no eran armas y que no estaban ni vivas ni muertas. De las uñas, en realidad, puede decirse que están muertas, pero también se puede decir que están vivas. Para mantener intactas todas las bendiciones del Señor Brahma, el Señor Nrsimhadeva mató al gran demonio Hiranyakasipu de un modo paradójico, pero, al mismo tiempo, con gran facilidad.
La boca y la melena del Señor Nrsimhadeva estaban salpicadas de gotas de sangre, y era imposible mirar directamente Sus fieros ojos llenos de ira. Lamiéndose la boca y adornado con un collar de intestinos sacados del abdomen de Hiranyakasipu, la Suprema Personalidad de Dios, Nrsimhadeva, parecía un león que acabara de matar un elefante.
En su Significado, dice Srila Prabhupada:
El pelo de la cara del Señor Nrsimhadeva, salpicado con gotas de sangre, había enrojecido y tenía un aspecto muy hermoso. El Señor Nrsimhadeva atravesó con Sus uñas el abdomen de Hiranyakasipu, sacó los intestinos del demonio y Se los puso como un collar, que realzaba Su belleza. De este modo, el Señor tenía un aspecto espantoso, como un león en la lucha contra un elefante.
La Suprema Personalidad de Dios, que tenía muchísimos brazos, primero arrancó el corazón a Hiranyakasipu, y después arrojó el cuerpo a un lado y se volvió contra los soldados del demonio, que habían venido a miles para luchar contra Él; aquellos fieles seguidores de Hiranyakasipu venían con las armas levantadas, pero el Señor Nrsimhadeva les mató a todos simplemente con la punta de las uñas.
En su Significado, dice Srila Prabhupada:
Desde la creación del mundo material, siempre ha habido dos clases de hombres: los devas y los asuras. Los devas siempre son fieles a la Suprema Personalidad de Dios, mientras que los asuras son ateos que desafían la supremacía del Señor. En la actualidad, el número de ateos en el mundo es muy grande. Están tratando de demostrar que Dios no existe y que todo se debe a combinaciones y permutaciones de los elementos materiales. De esa forma, el mundo material se está volviendo cada vez más ateo, y, como consecuencia, impera el caos. Si esto continúa, es indudable que la Suprema Personalidad de Dios va a intervenir, como hizo en tiempos de Hiranyakasipu. Hiranyakasipu y sus seguidores fueron destruidos en un segundo; del mismo modo, si esta civilización atea sigue adelante, también será destruida en un segundo; bastará con el simple movimiento de un dedo de la Suprema Personalidad de Dios. Por lo tanto, los demonios deben ser prudentes y poner freno a su civilización atea. Deben beneficiarse del movimiento para la conciencia de Krsna y volverse fieles a la Suprema Personalidad de Dios; de lo contrario, están condenados. Del mismo modo que Hiranyakasipu fue matado en un segundo, la civilización atea puede ser destruida en cualquier momento.
El pelo de la cabeza de Nrsimhadeva sacudía las nubes y las dispersaba por todas partes; Sus ojos deslumbrantes despojaban a los astros del cielo de su refulgencia, y Su respiración agitaba los mares y océanos. Al escuchar Sus rugidos, todos los elefantes del mundo comenzaron a bramar de miedo.
En su Significado, dice Srila Prabhupada:
El Señor dice en la Bhagavad-gita (10.41): «Debes saber que todas las creaciones opulentas, hermosas y gloriosas brotan de una simple chispa de Mi esplendor». La luminosidad de los planetas y estrellas del cielo no es más que una manifestación parcial de la refulgencia del Señor. Hay muchas entidades vivientes que manifiestan cualidades maravillosas, pero todas las cosas extraordinarias que puedan existir no son más que una parte de la luminosidad o esplendor (tejas) del Señor. Las olas insondables de los mares y los océanos, y las maravillas de la creación de la Suprema Personalidad de Dios, resultan insignificantes cuando el Señor encarna con Sus rasgos especiales en el mundo material. En comparación con Sus cualidades trascendentales, que son absolutamente superiores, todo resulta insignificante.
Lanzados por el pelo de la cabeza de Nrsimhadeva, muchos aviones salían despedidos hacia el espacio exterior y los sistemas planetarios superiores. Con la presión de los pies de loto del Señor, la Tierra parecía salirse de su posición; Su fuerza insoportable provocó el levantamiento de todas las colinas y montañas. Con Su refulgencia corporal, el Señor hizo disminuir la luz natural, tanto en el cielo como en todas direcciones.
En su Significado, dice Srila Prabhupada:
Este verso nos da a entender que en tiempos muy remotos ya había aviones que volaban por el cielo. El Srimad-Bhagavatam se habló hace cinco mil años, y lo que se expone en este verso demuestra la existencia de una civilización de características muy avanzadas, tanto en los sistemas planetarios superiores como en los inferiores. Los científicos y filósofos de nuestros días presentan la necia explicación de que la civilización sólo tiene tres mil años de antigüedad; sin embargo, este verso desmiente esos caprichosos juicios. La civilización védica ya existía hace muchísimos millones de años. Ha existido desde la creación, extendida por todo el universo y contando con todas las comodidades de la época actual, además de muchas otras.
Pleno de refulgencia y con un semblante terrorífico, el Señor Nrsimha, muy furioso y sin hallar rivales que hicieran frente a Su poder y opulencia, Se sentó en la sala de asambleas ocupando el excelente trono del rey. Debido al temor y los sentimientos de obediencia, nadie osó adelantarse para servir al Señor directamente.
En su Significado, dice Srila Prabhupada:
Cuando el Señor Se sentó en el trono de Hiranyakasipu, nadie protestó; ningún enemigo se puso de parte de Hiranyakasipu para luchar contra el Señor. Esto significa que los demonios aceptaron inmediatamente Su supremacía. También hay que señalar que Hiranyakasipu, a pesar de haber tratado al Señor como su más acérrimo enemigo, era Su sirviente fiel en VaikuŠtha, de modo que el Señor no dudó en sentarse en el trono que tantos esfuerzos había costado a Hiranyakasipu. En relación con esto, Srila Visvanatha Cakravarti Thakura señala que, a veces, los grandes rsis y personas santas ofrecen al Señor asientos valiosos, dedicándoselos, con gran cuidado y atención, con mantras védicos y tantras; el Señor, sin embargo, no Se sienta en esos tronos. Pero Hiranyakasipu en el pasado había sido Jaya, el guardián de las puertas de Vaikuntha; debido a la maldición de los brahmanas, había caído de su posición y había adquirido la naturaleza de un demonio; pero, aun así, y a pesar de que en Su vida como Hiranyakasipu no había hecho ninguna ofrenda al Señor, el Señor es tan afectuoso con Sus devotos y sirvientes que Se sintió complacido de sentarse en el trono que había creado Hiranyakasipu. En relación con esto, debemos entender que el devoto es afortunado en toda circunstancia.
Hiranyakasipu había sido como una fiebre de meningitis en la cabeza de los tres mundos. Por eso, cuando las esposas de los semidioses, en los planetas celestiales, vieron que el gran demonio había muerto a manos de la Suprema Personalidad de Dios, sus rostros florecieron de alegría. Desde el cielo, las esposas de los semidioses derramaron sin cesar lluvias de flores sobre el Señor Nrsimhadeva.
En aquel momento, los semidioses, que deseaban ver las actividades del Señor Supremo, NarayaŠa, llenaron el cielo con sus aviones; comenzaron a tocar tambores y timbales, y, al oírles, las mujeres angelicales se pusieron a danzar, mientras los principales gandharvas cantaban con gran dulzura.
Mi querido rey Yudhisthira, los semidioses, encabezados por el Señor Brahma, el rey Indra y el Señor Siva, se acercaron entonces al Señor. Entre ellos había grandes personas santas; también estaban los habitantes de Pitrloka, Siddhaloka, Vidyadhara-loka y el planeta de las serpientes. Venían también los manus, así como los dirigentes de muchos otros planetas, junto con las danzarinas angelicales, los gandharvas, los caraŠas, los yaksas, los habitantes de Kinnaraloka, los vetalas, los habitantes de Kimpurusa-loka y los sirvientes personales de Visnu, encabezados por Sunanda y Kumuda. Todos se acercaron al Señor, que resplandecía con una intensa luz, y con las manos juntas a la altura de la cabeza, ofrecieron uno a uno reverencias y oraciones.
Todas las oraciones de las grandes personalidades encabezadas por el Señor Brahma y el Señor Siva, merecen cada una de ellas un espacio aparte por su importancia y profundos significados, sin embargo para concluir solamente citaremos las oraciones ofrecidas por los directos servidores personales del Señor Vishnu, los Visnhudutas, quienes son habitantes de Vaikuntha y ellos dijeron:
¡Oh, Señor, que eres nuestro refugio supremo!, hoy hemos visto Tu maravillosa forma de Nrsimhadeva, que trae buena fortuna al mundo entero. ¡Oh, Señor!, sabemos que Hiranyakasipu era el mismo Jaya que se ocupaba en Tu servicio pero que, por la maldición de los brahmanas, recibió un cuerpo de demonio. Entendemos que, al matarle, Le has otorgado Tu misericordia especial.
Srila Prabhupada concluye el capítulo explicando las oraciones arriba citadas de los servidores del Señor Vishnu de la siguiente manera:
La venida de Hiranyakasipu a la Tierra y su comportamiento como enemigo del Señor formaban parte de un plan preconcebido. Jaya y Vijaya impidieron el paso a los cuatro Kumaras, y esos brahmanas —Sanaka, Sanat- kumara, Sananda y Sanatana— les maldijeron. El Señor aceptó que Sus sirvientes fuesen maldecidos, y estuvo de acuerdo en que fuesen al mundo material y en que no regresasen a Vaikuntha mientras no se terminasen los efectos de la maldición. Jaya y Vijaya se sentían muy perturbados, pero el Señor les aconsejó que actuasen como enemigos Suyos, ya que, de esa forma, regresarían después de tres vidas; por el contrario, si seguían el proceso normal, les costaría siete vidas. Conforme a ese veredicto, Jaya y Vijaya actuaron como enemigos del Señor; ahora que ambos habían muerto, todos los visnudutas comprendieron que la muerte de Hiranyakasipu a manos del Señor era una muestra especial de misericordia hacia ellos.
¡¡ Hari bol !!
dasavatara das
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